Imagen de marca: ¿creatividad o improvisación?
por Nazaret Medina
Empecemos desde el principio. Emprender no es tarea sencilla. Esto es algo que todos sabemos. Comenzando por el asesoramiento, hasta el agotador trámite burocrático para asentarnos definitivamente como empresa, pero… en ocasiones, olvidamos un aspecto vital para nuestro negocio: el ‘branding’ o la imagen de marca.
Quizás éste sea el paso inicial que debemos tener en cuenta a la hora de crear nuestro negocio. Es la carta de presentación de los productos o servicios que ofrecemos, al igual que ocurre con nuestra constante preocupación por cuidar nuestra imagen personal. No debemos olvidar que esta imagen nos va acompañar desde el principio con el objetivo de generar credibilidad y confianza además de diferenciarnos de la competencia.
Ahora bien, tampoco es necesario que perdamos el sueño dándole vueltas a la cabeza para construir una marca original con un logo de gran complejidad. ¡Vayamos al grano! Más que preocuparnos en el qué decir, vamos a centrarnos en el cómo decirlo. Y para ello, dotemos de personalidad nuestro negocio como si de nosotros mismos se tratase, potenciando los rasgos que pueden resultar atractivos para nuestros posibles clientes. Nuestra forma de vestir, nuestros gestos o incluso nuestro timbre de voz pueden ser interpretados de forma muy positiva. Trabajemos en esta línea y evitemos crear una apariencia negativa de nuestra imagen, porque los prejuicios también nos pueden jugar una mala pasada.
La imagen de marca es un concepto global formado por los colores, la tipografía, el icono o la propia visión que se quiere transmitir. En otras palabras, la ‘cara visible’ de nuestro proyecto que creará distintas sensaciones en cada individuo. De ahí, la importancia de elegir con conocimiento cada detalle sin caer en la improvisación y siempre atendiendo al mensaje que queremos transmitir. El diseño gráfico juega un papel esencial en todo esto.
Pongamos un ejemplo bien conocido por todos: Coca Cola. La construcción de su imagen de marca se basa en la felicidad. Un concepto muy sencillo que apela a los sentimientos de la sociedad en su globalidad y que es expresado en cada una de sus campañas. Podríamos decir que Coca Cola se vende a través de su filosofía corporativa, quedando en un segundo plano otros aspectos, que ‘a priori’, trabajamos más que este concepto abstracto.
Es así de fácil. El objetivo de Coca Cola va más allá de ser una de las bebidas más consumidas del mundo. Pretende ser (y es) una marca de consumo con la que los consumidores se sientan identificados, una idea asociada a los placeres de la vida, a la forma de relacionarnos con los demás, una invitación al optimismo…
En definitiva, ¡no improvises! Piensa como quieres que te vean y a raíz de ahí, trabaja todos los detalles que conformarán tu ‘imagen de marca’.
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